Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
A veces me acuerdo y el calendario me da un poco de escalofríos, pero lo olvido y cualquier movimiento me lo recuerda. Me asusta, demasiado. Muchas nauseas, un poco de puntadas y el sujeto sin predicado que va acercándose, con un cartel entre sus dientes, su lengua y su pseudo-sonrisa que me dice que nunca se fue.
O sí, quizá sí, bueno, seguro que sí. Se fue. Obvio. Sino hoy estaría conmigo, caminando debajo de la lluvia, dibujandome sonrisas entre la remera y un pantalón de jean gastado y roto, como aquella noche, que de tanto recordarla ya me olvidé.


Si, es genial, Orne, te admiro amiga, escribis precioso.

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