Siempre dicen que todos tenemos un doble, una persona igual a nosotros vagando por el mundo. A veces la encontrás, otras no. Muchos lo creen y otros eligen dejarlo de lado. No lo piensan así como yo hasta hace unos meses. Pese a mi convencimiento a la inexistencia de ese ser, el destino la puso frente a mis ojos, para que me de cuenta de que si hubiese nacido rubia y alta, me hubiese llamado Eliana Gaggiofatto.

Lo que le pasa a una le ocurre a la otra. Lo que una piensa, sin decirlo, la otra lo sabe o simplemente ni lo comentan porque lo dan por sentado. Si, así somos con Lelé. Nosotras lo entendemos. Dije muchas veces: NO NOS PUEDE PASAR SIEMPRE LO MISMO A NOSOTRAS. Es así, una tiene suerte, la otra también, una está mal y la otra llora. Estando lejos, sin vernos durante dos meses, y aún así transitamos por los mismos sucesos. Si llegan los amores, nos llegan a las dos; sin se van los amores, se nos van a las dos. Quizá con una diferencia de días. Pero si o si, pasa. Lo más bizarro fue que te enfermes de placas, tengas mucha fiebre y que yo, estando en Rosario, me enferme de placas y tenga fiebre.

Sin embargo, a pesar de todo lo que afirmé, tu esencia es exclusivamente tuya, es lo que te hace tan especial, que nos pase lo mismo no quiere decir que seamos las mismas. Y eso, te hace única en mi vida.