Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
Pienso que todo lo que escribí no tiene importancia y ya tampoco me detengo en saber si a alguien le interesa leerlo. Pero en fin lo escribo, acción terapéutica diría Ana, mi psicóloga. No me importa si lo leen pero se que de todas formas lo hacen, todos siguen hablando, siguen llegando los rumores que viajan por ruta seis o toman autopista, siguen camino a Villa del Dique y se depositan en mis tímpanos. En realidad es mentira. Viajan por mensaje de texto y jamás llegan a mis oídos, llegan a mis ojos mientras los leo y pienso cuanta gente sin vida propia hay dando vueltas por allí.
Si supieras todo lo que un abrazo podría hacer por mí en este momento...
Hoy me levanté con ganas de no ir al colegio, de todas formas fui porque me amenaza la idea de quedar libre. Pero hubiese deseado quedarme en casa, durmiendo hasta perderme el desayuno en el almuerzo, estar en pijamas todo el día y usar pantuflas en lugar de zapatillas. Me hubiese gustado comer delante del monitor algo así como sandwiches de queso cheddar con mucha mayonesa. No peinarme ni interesarme en lo más mínimo por mi aspecto. Cruzar frente al espejo e ignorarlo. No pensar en calorías ingeridas y atracarme con torta mientras leo ese libro que me mira hace un mes desde la biblioteca, esperando que le dedique una tarde.
Ultimamente estoy hablando mucho de Rosario y Córdoba, de facultades y carreras, títulos universitarios y planes de estudio, departamentos y zonas convenientes. De vida familiar y de vida independiente.
A veces explico tanto que termino sin entenderme.
Están esos muchos yo, esos que conviven dentro mio y no sacan turno para salir, solo salen en el momento en que lo desean.
Está esa Antonella estudiosa: autoexigente por demás, la que se ocupa de recordar fechas, presentar trabajos, estudiar para las prubas y cumplir con lo requerido.
Está esa Antonella no estudiosa: la que mira de reojo al profesor para comprobar si es un buen momento para sacar el machete.
Está Antonella hija: la que intenta ser lo que sus padres siempre soñaron, seguir siendo un lucero en las tinieblas.
Está esa Antonella clásica: la que prefiere los libros.
Está esa Antonella moderna: la que respira crédito en lugar de oxígeno, sigue las últimas colecciones y mira ftv tanto como puede.
Está Antonella amiga: la que a las tres de la mañana y pariendo sostendría el teléfono para escuchar el problema (seguramente amoroso) de su mejor amiga.
Está Antonella fiestera: apresada desde hace seis meses en una jaula imaginaria, caminando por las paredes, agazapada esperando salir.
Está esa Antonella independiente: la que está pensando seriamente la opción de tomar su propio rumbo, sola.
Está esa Antonella dependiente: la que piensa que la vida no sigue sin mamá.
Está Antonella defensora: la que lucha por sus ideales (y por la gente que quiere)
Está Antonella novia: apasionada, dulce, tierna y rebuscada.
Está esa Antonella impulsiva: la que hace (y muchas veces se equivoca)
Está Antonella pensante: la que no hace, por pensar tanto y no decidirse nunca.
Está Antonella deportiva: internada en terapia intensiva.
Están esas Antonellas y tantas otras que apenas llego a conocer.
Me gusta que me mandes un mensaje y no responder por algunos minutos, solo para recibir ese otro mensaje que dice: 'no me contestas :(', lo que me hace pensar que estas pendiente de mis respuestas.
Me gusta que me digas: 'vos dejamelo a mi, yo me ocupo, vos dedicate a estar tranquila'.
Me gusta que me mires y me digas: 'que bonita que sos'.
Me gusta que sepas decir lo que se debe decir en el momento justo.
Me gustas vos y punto final.
Quizá solo tu mires, y yo solo vea a través de tus ojos.
Quizá solo tu oigas, y yo solo escuche el eco de los murmullos.
Quizá solo tu huelas, y yo solo me embriague de tus olores.
Quizá solo tu toques, y yo solo acaricie tu tangibilidad.
Quizá solo tu gustes, y yo solo me conforme con ser gustada.
Quizá solo tu sietas en verdad, y yo solo sienta por tus sentidos.
Estan esos hombre en la vida de todas...
Está ese al que siempre quisiste, hasta que lo tuviste, te aburrió y lo abandonaste.
Está ese otro, no me digas que no... Ese que no te prestaba atención y que tenía toda tu atención. Ese que nunca fue tuyo...
El tercero. Ese que que prefirió a otra.
Y también el que tenía novia.
Ese otro, que ahora me acuerdo. El que tuve sin quererlo y me regalaba el Sol, ese que cuando dejé y caí en la cuenta que no había vuelta atrás comencé a extrañar.
Esta el 'parche'. Ese que llega en el momento justo, o quizá en el menos indicado de todos. Pero llega y tapa ausencias, es ese que te dice el 'te amo' que esperas escuchar de otra persona,  de ese otro que sabés que no lo va a hacer y por eso, te conformás con el parche... 
Está el que te hizo sufrir mas que ningún otro... A ese lo debés recordar bien... No hace falta que te lo describa. Y como mujer que sos, como perteneciente al género masoquista que conformamos, seguro lo amaste.
Está al que le justificaste hasta que se olvide de tu cumpleaños.
Y me animo hasta a decir que muchos de estos estuvieron resumidos en uno o dos...
Pero también está ese... La excepción a la regla. TU hombre, el que hace olvidar todos los sapos que tuviste que besar hasta encontrarlo.
Estoy ausente de mi vida, enajenada de mi misma. Semanas sin sacarme una foto, sin escarbar entre las carpetas enterradas entre archivos recientes... Aceptando ir a campamentos para arreglar mi clara deficiencia en los deportes siendo que mi conexión con la naturaleza es adorar al smog. Sin importarme quien me mira (o quién no), qué me dicen o si ya sólo me quedan tres horas para tener que levantarme a un nuevo sobrevivir, y me quedé toda la madrugada pensando en esas circunstancias y decisiones que tengo que tomar para ayer... No soy yo pero no me interesa eso en lo más mínimo. Pero ya voy a volver a mí, cuando me aclare ciertas cosas, cuando descubra para qué soy buena, cuando sepa qué elegir... Futuro o Familia. El tema de las dos 'f', como lo definí en estos días. Pero ya lo voy a superar, como lo demás... quizá lo noten, cuando vuelva el color.
Estan esas verdades de mi. Esas verdades que explican mis reacciones, mis comportamientos, esa forma de contestar... Esa forma odiosa de contestar... Y esa forma suave de tratar. Soy de las personas que saben dialogar y por sobre todo escuchar. Escucho mas de lo que digo, en verdad, aunque se crea imposible. No miento cuando afirmo que amo, que amo amar(te) pero no me interesa la vida. Esta esa verdad torturante, en la cual me acostumbro a los constantes cambios, al vaivén al paraíso y de vuelta a la realidad, a sonreirle a todos mientras les confieso a unos pocos: estoy mal.
Hay verdades... Y esas mentirillas. Esas que intento creer como ciertas verdades. Esas que me ayudan a convencerme de que lo que hago es lo correcto y que estoy muy bien, de hecho. Que mis lágrimas solo afloran, porque sí. Porque me gusta llorar, porque siempre lloré y son 'mis formas'. Y ahí está ese planteo de 'nadie llora porque sí'. Y mis mentirillas que ya logré convertirlas en verdades absolutas se azotan con violencia, intentando justificar eso que hago, eso que siento, eso que me salva, eso que me mata...
No importa acerca de qué, pero mis dedos hablan. No saben de qué, pero opinan, se quejan, gritan, lloran. Simpre lloran. Lloran y mi inestabilidad busca porqués. Busca y no encuentra. Busca, no encuentra y desespera. La inestabilidad se vuelve cada vez mas volátil, casi mas inestable que antes. Y mi dedos escriben más cuando están sufriendo proceso de crisis. Lloran, escriben, se cansan y sueñan... (con vos)

Me gusta eso que siento cuando no puedo describir lo que estoy viviendo con palabras…

Me levanto y huelo la diferencia. Huelo la nada, huelo la ausencia. La huelo, la toco, la miro… quizá hasta la abrazo durmiendo cada noche con ella. Aun con la habitación sumergida en la más profunda oscuridad y con los párpados pesando una pila de libros cada uno, tanteo para encontrar ese abrigo que dejé la noche anterior en el extremo de la cama donde mis pies nunca llegaron. Me lo pongo y acto seguido prendo la luz. Luz de esa artificial, no la que veo cuando te veo. Y tengo ese hundimiento emocional que me hace teclear un mensaje de texto alrededor de las seis y diez de la mañana.

Un buen libro es ese que no podés dejar de leer pero que al mismo tiempo no querés que llegue su final.

Si para recobrar lo recobrado debí perder primero lo perdido; si para conseguir lo conseguido tuve que soportar lo soportado; si para estar ahora enamorado fue menester haber estado herido, tengo por bien sufrido lo sufrido. Tengo por bien llorado lo llorado. Porque después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado sino después de haberlo padecido. Porque después de todo he comprendido que lo que es árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado.
Cuando llego a mi casa,
me veo en estos estados
y me pregunto ‘cuanta gente me vio asi’,
quiero encontrar un pozo
y depositarme allí…

REVOLVERSE ES MIRAR PARA ADENTRO E INMEDIATAMENTE VOLVER A MIRAR PARA ADELANTE. REVOLVERSE ES VER QUÉ HAY, PERO CON GANAS DE SORPRENDERTE CON LOS QUE VAS A ENCONTRAR. PORQUE TE VAS A ENCONTRAR A VOS, PERO DISTINTA, REVUELTA. REVOLVERSE ES REINVENTARSE. REVOLVERSE ES REFRESCARSE. ES DEJARTE SER LA QUE SIEMPRE QUISISTE. REVOLVERSE, A FIN DE CUENTAS, ES ENCONTRAR LA MUJER QUE SOS.


Vivir solo cuesta vida

¿Nunca quisieron detener el tiempo en un momento y lugar determinado? Gritarle ‘estatua’ al paso de los días, semana, meses… porque realmente hoy me pongo a pensar (seriamente) y no entiendo dónde transcurrí mis tres años pasados y menos cómo ni cuándo. Es como que no los percibí. Y la real pregunta es ¿cómo carajos no sé todo esto si en estos tres años mi vida fue un torbellino de sucesos en cascada? Con emociones de las más fuertes e indescriptibles- de las peores y las mejores-  y con tantos cambios que todavía no llego a entender gran parte de mi pasado. Personas que llegaron y se fueron sin dejar rastros, otras que dejaron secuelas delineadas como imborrables cicatrices, momentos que jamás voy a poder borrar (lo desee o no), hospitales, desmayos, amor, desamor, lágrimas, locura, paz, personas que llegaron para quedarse y tantas otras cosas… Aun así, no puedo entender el paso de los años. Cuando cumplí quince era de no creer realmente, pero no lo era tanto ya que me sentía de quince. En este momento, cuando estoy a tan solo un día de mi mayoría de edad, tengo muchos interrogantes – que pueden generar crisis – en los que fracaso una y otra vez en intentar contestar. Porque cumplo dieciocho pero me siento de quince. ¿No se suponía que para este momento de mi vida tenia que estar mas madura? Según mi plan ya debería haber controlado mis impulsos, mis llantos sin ‘porqués’, debería de ser sensata, saber qué hacer en el momento adecuado y demás sarasas que me parecen mas lejanas e inalcanzables que el núcleo de la Tierra. Lo peor de toda mi situación de confusión es que siento que todo mi alrededor me grita ‘es la hora de crecer’, me tira indirectas del tipo: ‘última película de Harry Potter’, ‘Cris Morena no hace mas novelas’, y –antes de ver Toy Story 3 en el Showcase- ‘Woody no es mas de Andy’. Ok, para todos será una estupidez, pero estos tres hechos en mi vida son de gran relevancia, tanto así que marcaron mi infancia, mi preadolescencia, y esto en lo que estoy ahora ‘adolescencia’ porque ‘adolecemos’ o sentimos mucho dolor. En fin, lloré con cada una de estas noticias, porque yo crecí viendo desde Chiquititas con Romina Yan hasta Casi Angeles, hasta alguna edad creí que los juguetes tenían vida y ni hablar de los libros del mago más famoso que leí apasionadamente hasta su fin y la cantidad de películas de tres horas que me parecían cortas, no solo que vi sino que me aprendí sus diálogos de tanto verlas.
Las etapas se van cerrando detrás de mi constante e imparable -por horrible que me parezca- transitar. No me siento diferente, no me siento como se suponía que me tenía que sentir según mi plan y eso me gusta menos que sentirme ignorada. En fin, no quiero crecer. Y lo digo de esa forma que demuestra cuan empacada estoy, asi con los brazos cruzados y poniendo ‘cara de balcón’. Tengo una cita conmigo que no me animo a afrontar- aunque lo voy a hacer, obviously, en algún momento que no será ahora, ni mañana, claro.
Sacando de contexto que no quiero crecer y que ‘ser mayor de edad’ me tortura los oídos con el constante siseo que repite en voz baja ‘es el momento’, este va a ser el mejor cumpleaños de la historia de los cumpleaños, porque debo admitirlo, nunca mi vida estuvo tan perfecta como en este momento- que espero que no termine nunca. Me falta gente, lo sé… están lejos, pero siempre están y eso es lo que importa. Rosario siempre estuvo cerca.  
A veces mi forma rebuscada de ser llega a no tener limites dentro de esta vida y supongo que atraviesa la otra… siempre busco que la gente me entienda, pero en ciertas situaciones en las cuales pronuncias las palabras mágicas te entiendo – esta vez no es te amo - me siento una especie de drácula con hermosos y caros zapatos que te esta consumiendo lenta y dolorosamente. Y me odio, porque me entendes, aun cuando entenderme es inhumano, y lo sé porque yo, que estoy en mi lugar, estoy desorientada.
¿Qué pasa cuando una situación te desborda? ¿Qué pasa cuando intentas sonreír pero se te escapan lagrimas? ¿Que pasa cuando te preguntan como estas y querés decir ‘bien’ pero un enredo en las cuerdas vocales te lo impide? ¿Qué pasa cuando no querés herir a alguien? ¿Qué pasa cuando no podes disimular mas bienestar? CRISIS pasa. LLANTO pasa. ANGUSTIA pasa, INCOMODIDAD, AHOGO, ENCIERRO, todo eso es lo que realmente pasa. Y hoy sentí exactamente eso. Pero la frase en este caso es: ‘no sos vos, tampoco soy yo, SON ELLOS’. Intentas por todos los medios pretender que todo esta ‘mejor imposible’ porque una lágrima desataría una cascada de lágrimas, un océano de ellas. Y tus lágrimas desatarían sus lágrimas, y no te permitirías jamás ser la causante de sus lágrimas. Por lo cual enjugas tu llanto e intentas escapar a un lugar apartado de todo eso, intentas encerrarte de la mejor manera posible-si, es contradictorio que sintiendo ahogo desees con odas tus fuerzas encerrarte, abstraerte en tu propio mundo donde te sentís tan a gusto que no entendes por qué intentan curar a las personas autistas. Y ese es el momento tan preciado, en el que todo fluye, el nudo en la garganta desaparece, y los parpados comienzan a pesar dos toneladas por lagrima cuadrada… y así, solo así, comenzás a dormir, hundida en lo mas profundo del llanto que querías llorar y cuando despertás, luego de haber muerto durante una docena de horas ya no recordás como fue que entraste en sueño profundo. En el que soñaste con vos, con él, y estabas libre de ellos…
Everybody loves somebody sometime. Everybody falls in love somehow. Something in your kiss just told me that sometime is now. Everybody finds somebody someplace. There's no telling where love may appear. Something in my heart keeps saying my someplace is here. If I had it in my power I'd arrange for every girl to have you charms. Then every minute, every hour everybody would find what I found in your arms. Everybody loves somebody sometime and though my dreams were overdue your love made it all worth waiting for someone like you.

Mis manos no paran el agua, ni mis dedos tapan el Sol. Intentar ir contra la naturaleza de los hechos es tan absurdo como pretender que nunca ocurrieron. Y hasta el mejor vestido se destiñe, la más tersa piel se arruga, la más bella flor se marchita y el corazón más fuerte cada tanto llora.