Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
Estan esas verdades de mi. Esas verdades que explican mis reacciones, mis comportamientos, esa forma de contestar... Esa forma odiosa de contestar... Y esa forma suave de tratar. Soy de las personas que saben dialogar y por sobre todo escuchar. Escucho mas de lo que digo, en verdad, aunque se crea imposible. No miento cuando afirmo que amo, que amo amar(te) pero no me interesa la vida. Esta esa verdad torturante, en la cual me acostumbro a los constantes cambios, al vaivén al paraíso y de vuelta a la realidad, a sonreirle a todos mientras les confieso a unos pocos: estoy mal.
Hay verdades... Y esas mentirillas. Esas que intento creer como ciertas verdades. Esas que me ayudan a convencerme de que lo que hago es lo correcto y que estoy muy bien, de hecho. Que mis lágrimas solo afloran, porque sí. Porque me gusta llorar, porque siempre lloré y son 'mis formas'. Y ahí está ese planteo de 'nadie llora porque sí'. Y mis mentirillas que ya logré convertirlas en verdades absolutas se azotan con violencia, intentando justificar eso que hago, eso que siento, eso que me salva, eso que me mata...

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