Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
Vivir solo cuesta vida

¿Nunca quisieron detener el tiempo en un momento y lugar determinado? Gritarle ‘estatua’ al paso de los días, semana, meses… porque realmente hoy me pongo a pensar (seriamente) y no entiendo dónde transcurrí mis tres años pasados y menos cómo ni cuándo. Es como que no los percibí. Y la real pregunta es ¿cómo carajos no sé todo esto si en estos tres años mi vida fue un torbellino de sucesos en cascada? Con emociones de las más fuertes e indescriptibles- de las peores y las mejores-  y con tantos cambios que todavía no llego a entender gran parte de mi pasado. Personas que llegaron y se fueron sin dejar rastros, otras que dejaron secuelas delineadas como imborrables cicatrices, momentos que jamás voy a poder borrar (lo desee o no), hospitales, desmayos, amor, desamor, lágrimas, locura, paz, personas que llegaron para quedarse y tantas otras cosas… Aun así, no puedo entender el paso de los años. Cuando cumplí quince era de no creer realmente, pero no lo era tanto ya que me sentía de quince. En este momento, cuando estoy a tan solo un día de mi mayoría de edad, tengo muchos interrogantes – que pueden generar crisis – en los que fracaso una y otra vez en intentar contestar. Porque cumplo dieciocho pero me siento de quince. ¿No se suponía que para este momento de mi vida tenia que estar mas madura? Según mi plan ya debería haber controlado mis impulsos, mis llantos sin ‘porqués’, debería de ser sensata, saber qué hacer en el momento adecuado y demás sarasas que me parecen mas lejanas e inalcanzables que el núcleo de la Tierra. Lo peor de toda mi situación de confusión es que siento que todo mi alrededor me grita ‘es la hora de crecer’, me tira indirectas del tipo: ‘última película de Harry Potter’, ‘Cris Morena no hace mas novelas’, y –antes de ver Toy Story 3 en el Showcase- ‘Woody no es mas de Andy’. Ok, para todos será una estupidez, pero estos tres hechos en mi vida son de gran relevancia, tanto así que marcaron mi infancia, mi preadolescencia, y esto en lo que estoy ahora ‘adolescencia’ porque ‘adolecemos’ o sentimos mucho dolor. En fin, lloré con cada una de estas noticias, porque yo crecí viendo desde Chiquititas con Romina Yan hasta Casi Angeles, hasta alguna edad creí que los juguetes tenían vida y ni hablar de los libros del mago más famoso que leí apasionadamente hasta su fin y la cantidad de películas de tres horas que me parecían cortas, no solo que vi sino que me aprendí sus diálogos de tanto verlas.
Las etapas se van cerrando detrás de mi constante e imparable -por horrible que me parezca- transitar. No me siento diferente, no me siento como se suponía que me tenía que sentir según mi plan y eso me gusta menos que sentirme ignorada. En fin, no quiero crecer. Y lo digo de esa forma que demuestra cuan empacada estoy, asi con los brazos cruzados y poniendo ‘cara de balcón’. Tengo una cita conmigo que no me animo a afrontar- aunque lo voy a hacer, obviously, en algún momento que no será ahora, ni mañana, claro.
Sacando de contexto que no quiero crecer y que ‘ser mayor de edad’ me tortura los oídos con el constante siseo que repite en voz baja ‘es el momento’, este va a ser el mejor cumpleaños de la historia de los cumpleaños, porque debo admitirlo, nunca mi vida estuvo tan perfecta como en este momento- que espero que no termine nunca. Me falta gente, lo sé… están lejos, pero siempre están y eso es lo que importa. Rosario siempre estuvo cerca.  

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