Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
Termino los días cansada de extrañarte. Ayer no pude evitar llamarte a las 5 de la mañana y escucharte. Repetí toda la noche, 'LO EXTRAÑO', llegué a mi casa y tuve que marcar tu número, apenas volví... Porque aunque me mandaste mensajes hermosos no escuché tu tan tranquilizador tono de voz, ese que me hace tan bien. Me acostumbré a vos, no lo puedo negar. Me adapté a tus formas y vos a las mías. Cuando te vuelvo loco vos simplemente me llenás de palabras suaves, sin inmutarte, solo escuchandome y haciendome sentir mejor, me sacás lo malo y lo reemplazas por paz. NUNCA nos peleamos, NUNCA nos enojamos ni discutimos, solo me entendés, entendés mis constantes cambios, mis inseguridades, mis formas, mi inestabilidad y hasta lo inentendible. Entendés todo de la forma perfecta y lo remediás de la forma justa. Y aunque soy difícil siempre me decís que vos me querés igual, así de loca, inestable y caprichosa. Y hasta debo reconocer que desde que estamos juntos cambié muchos de esos aspectos negativos, porque aprendí que enojarse solo me lleva doble esfuerzo (enojarme para después tener que desenojarme) y que en una pelea no gana nadie, pierden dos (gracias por hacerme entender eso). Así que adiós a mis planteos absurdos, a mis reacciones melodramáticas y hello a un disfrutar continuo. Menos este sábado. Este sábado no caminamos abrazados por el pueblo, no me diste besos en la cabeza mientras tanto, no me relataste detalladamente tu semana ni yo la mía, nos conformamos con comunicación telefónica, no vimos atardecer en el lago, no jugaste con mi pelo, no te acaricié la oreja, no sentí tu olor ni tus besos ni tus abrazos, no vi tu sonrisa ni el movimiento de tus pestañas, no nos hicimos cosquillas ni reímos hablando como chicos, no nos hicimos chistes tontos, no observamos los patos sobre el lago ni el sol esconderse detrás del cerro... Tengo abstinencia a vos, estoy desangrando de extrañamiento. Y no me importa si suena exagerado. Los sábados son los mejores días, pero drásticamente se transforman en los peores si vos no estás para decorarmelos, llenarlos de vida, matizarmelos, dibujarmeles sonrisas, pintarmelos de los más maravillosos colores. Y sí, es difícil, pero es lo que nos tocó: VOS ALLÁ Y YO ACÁ. Aún así, más allá de nuestro amor "con fecha de vencimiento" no me resigno a vivir lo más especial que me tocó en mis 17 años. Simplemente me limito a disfrutarte y sentirme plena a tu lado. Porque no estoy preparada a que nuestro amor se extinga por unos kilómetros. No quiero que sea Diciembre. Solo pretendo verte, sentirte y escucharte, el tiempo que sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario