Bueno, a ver… Una vez un señor al que de hecho creo muy sabio me dijo: sentís todo más que el resto porque sos inteligente; ser inteligente te lleva a pensar cada situación con mayor detenimiento, te lleva a leer entre líneas, a deducir cada gesto... Eso te deja en un lugar más vulnerable para vivir lo malo de la vida… (Todavía puedo escucharlo diciéndomelo) y yo ahora voy a demostrar que lo que dijo no tiene ni pies ni cabeza, que eso que creí muy cierto (y que suena a realidad pura) no es más que un simple consuelo de los que todos decimos a diario. Para que quede más claro ahí van los ejemplos más cotidianos, suponiendo que hablo con una persona “x”:

T: es feo.

X: pero es muy bueno.

Mi pensamiento: (¿y yo en qué momento dije que fuese malo? Lo bueno no le quita lo feo).

T: es gordo.

X: pero es de simpático…

Nuevamente mi pensamiento: (¿de dónde mierda sacaste que pienso que es antipático?)

¿Se entiende la idea? Es así, la sociedad en una desesperada ambición de ver el vaso medio lleno, ser optimista o como les guste llamarlo, tapan defectos con virtudes. Como si esa virtud anulara o aunque sea disminuyera ese defecto. No señores, entérense de que el defecto está con o sin virtud, no lo disfracen, no lo maquillen porque solo se engañan. Y a ver, que quede claro que me gusta resaltar las características buenas que tiene alguien, pero no las uso como premio consuelo.

Y eso mismo que yo estoy criticando ahora, me doy cuenta años después que ese hombre hizo conmigo. Para que no me sienta tan perturbada me dejó feliz dándome una suerte de explicación acerca de que como soy inteligente por eso estoy destinada a sufrir más. Pasado a mis ejemplos cotidianos sería algo más así:

Y: está loca.

X: pero es muy inteligente.

¿Acaso lo inteligente me saca lo loca, sensible por demás, cambiante o dramático que puedo ser? Respuesta obvia: NO.

Así que hoy destierro de mi mente que todo es culpa de que soy inteligente porque no es más que una patraña para que yo sea feliz. Y voy a aclarar esto: no busco no ser feliz, busco ser feliz por cosas ciertas, verdaderas, no por un engaño que me haga feliz, porque a la larga o a la corta las mentiras no son más que eso, simples mentiras. Así que pienso que mi felicidad pasa por otro lado y que con mi inestabilidad solo debo convivir como hice durante estos 17 años.