Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.

‘La vida conspira en mi contra’. Esa es una frase muy mía, de mi autoría creo yo. Y digo creo porque quizá en algún momento de mi vida la oí decir, o la leí en la cantidad de libros que pasaron por mis ojos o quien sabe… Pero en realidad o tengo noción de ello, así que la clasifico como pura y exclusivamente mía. Muy optimista como verán. Pero así de optimista soy en verdad, así que no me molesta, ni me ofende, ni me doy lástima siendo así. La digo varias veces, en esos momentos que todos tenemos, en esos en los que la gran mayoría suelen decir ‘no pego una’. En lugar de eso, yo lo hago un tanto más dramático con esa frase demoledora: ‘la vida conspira en mi contra’ y algunas veces muta, intercambiando ‘la vida’ por ‘el mundo’. Y esto de decirlo no es soplar palabras al viento y ya. No, no. Claro que no. En absoluto que no. Es simplemente porque siento que todo lo que pudo haber ocurrido, cada circunstancia, cada dicho, cada acto, cada todo que pasó, fue con la intención de que a mi las cosas me salgan como no pretendía. Una especie de efecto mariposa para el mal. Para MI mal.
Pero hubo un día, mas que día noche, mas que noche amanecer, en el cual los astros se alinearon y algo especial rondaba en el aire. Los planes se desvanecieron y la vida cambió de rumbo.  Es esa vez en la vida en que lo que tiene que ser ES. Una especie de sentencia que te hace estar ahí, en ese lugar a esa hora. Es esa coincidencia de destinos, esa sincronía con la vida. Es ese momento, tal como fue ese día, noche u amanecer como le quieran llamar, en el que por fin,la vida conspiró a mi favor.

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