Voy a volver a hacer críticas sociales, no sé si porque realmente me moleste que 'la gente' lo haga o porque yo lo hice muy vilmente. Así que me voy a autocriticar (en parte). Realmente no entiendo cómo ciertas personas pueden influir en tu vida hasta tal punto de crearte una realidad paralela en tu mente. Es decir, conocer una sola cara de la moneda hace que vos pienses que la moneda es la más brillante de todas aunque quizá del otro lado ya esté opaca y deslucida. No tenés una real visión, sino que es pura imaginación porque solo escuchaste que un hecho fue de tal forma o que una persona es de tal otra. Y lo peor del caso es que nos otorgamos la licencia de opinar acerca de eso que creemos saber pero que estamos muy lejos de hacerlo. Afirmamos 'verdades' inexistentes, aseveramos fervientemente realidades confusas o desacreditamos ciertas 'mentiras', porque lógico nosotros conocemos claramente lo que ocurre. Dios, ¿por qué cuando somos más chicos y fácilmente influenciables somos capaces de creer que los elefantes vuelan? Bueno, quizá no que los elefantes vuelan, pero sí que 'aquella es una zorra', 'aquel es un drogado', ¡ni siquiera los conocemos!
Quizá nunca lo vimos a él ni con un porro ni a ella con un flaco, pero si me dijeron que él y ella son así, es la verdad absoluta e indiscutible. Por lo tanto voy a pasar a describir, como para citar algún ejemplo, cómo creía que era mi medio-hermana CHANDEL (en mi imaginación según ciertos comentarios) antes de que sea CANDY:
- La más puta.
- La 'arruinadora oficial' de grandes amores.
- La más grasa para vestirse. (Grasa, dios, esa palabra me da asco)- tan grasa que usaba vestidos dignos de ser comprados en calle San Luis, combinados con binchas animal print, peinados revolucionarios y tenía toda la 'pinta' de ser bailantera-obvio que nunca la había visto.
Tanto puede llegar a afianzarse la idea de algo que aunque lo veas, deformas la imagen para que sea tal cual vos la proyectaste. Y solo hace falta perder la memoria y volver a conocerla por casualidad para que una nueva imagen pueda formarse en tu mente. Todo esto para que después la persona que la difamó aparezca con vestidos bailanteros comprados en Calle San Luis- o peor, los coreanos- y ahora CHANDEL sea CANDY, mi medio-hermana, quien dicho sea de paso es una aprendiz de madre excelente y con estilo. Adieu bye bye.
y cabe aclarar que prefiero una bincha animal print a un vestido de coreanos bailantero! jajaja
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