¿Qué pretendo no saber?
Feliz en mi ignorancia. Feliz en no entender lo que no pretendo entender nunca. Feliz en no intentar entender lo que está demás entender. Y aún entendiéndolo elijo pretender que no entiendo. Que me niego a entender más de la cuenta y que entendiendo desentiendo mis sentimientos; porque ellos están bien ignorando lo que desean ignorar.
Y en contrapartida prefiero entender rápido, asimilar y aceptar. Porque después de todo el engaño a uno mismo es la mentira más creíble jamás contada. Y enredados entre mentira y mentira vamos perdiendo el sentido a por qué hacemos lo que hacemos o por qué actuamos como actuamos. Y si lo correcto no nos hace felices ahora, quizá la mentira nos haga doler peor más adelante. Y si bien ahora prefiero tarde a temprano, tarde va a ser para reponerme con facilidad. Así que intentaré convencerme de que quiero entender, asimilar y aceptar. Que niños solo pueden ser felices en la ignorancia, y que la niña que vive en mi está dormida y sería cruel despertarla a estas horas. Por lo cual necesito entender, sin que nadie me explique nada. Todo parece claro, solo que yo elegía mirar para el costado, pero ahora que decidí cobijar a la criatura que solía ser, crecer es la única opción viable. Crecer es la única opción en realidad. La buena y la mala. ‘Crecé Antonella’. Difícil, triste, duro. Creo que antes elegí tarde. Tarde es ahora.
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