- ¿Vas a salir?
- Si.
- ¿A dónde vas a ir?
- No sé, por ahí.
- ¿Vas a tardar mucho?
- No creo, solo daré una vuelta.
- ¿Te necesitas despejar?
- Eso creo.
- ¿Te molestó algo de mí?
- No.
- Bueno, traeme helado.
- ¿De qué sabor?
- Chocolate.
- Bueno, cuando vuelvo paso por la heladería.
- ¿Por qué no vas, me lo traes y después das la vuelta?
- No, mejor cuando vuelvo así tomamos helado juntos.
- Pero a vos no te gusta el helado de chocolate.
- Me traigo otro.
- Trae de vainilla.
- Tampoco me gusta la vainilla.
- Bueno, entonces trae de frutilla que nos gusta a los dos.
- Si, está bien.
(Se acerca a la puerta)
- Gordo pará.
- ¿Qué?
- ¿Vas en tu auto o en el mío?
- En el mío.
- Llevate el mío que tiene CD y el tuyo no.
- No voy a escuchar música.
- Bueno. ¿No querés que te acompañe?
- Prefiero ir solo.
- Bueno andá.
- Me estoy intentando ir.
- ¿Te vas a ir así?
- ¿Cómo pretendes que me vaya?
- Dejalo ahí. Al final son todos iguales.
- ¿De qué hablas?
- ¿Te vas a encontrar con una mujer no? Todos los hombres hacen lo mismo.
- ¿Cómo podés pensar eso de mí? Yo nunca te haría algo así.
- Perdón, solo generalicé.
- Bueno, no generalices, me haces sentir mal.
- Perdón por desconfiar.
- Está bien.
- Bueno andá.
- Chau.
- Pará amor.
- ¿Y ahora qué?
- Dame un beso.
(Beso)
- ¡Amor, amor! aguantá.
- ¿Qué pasa ahora?
- ¿Te llevas el celu?
- No.
- Llevalo.
- ¿Para qué? ¿Para que me llames cada cinco minutos?
- No, por si pasa algo.
- No va a pasar nada.
- Bueno ¿me lo prestas entonces?
- ¿Para qué?
- Porque tiene unos jueguitos que me gustan.
- ¿Querés mi celular para jugar?
- Si.
- Usá la computadora, tiene muchos jueguitos.
- ¿Por qué no me lo prestas? ¿Escondés algo?
- ¿Otra vez con eso?
- Tenés razón, perdón amor.
- Bueno, si querés usalo, no hay nada importante ahí.
- ¿Y dónde esta?
- ¿Dónde está qué cosa?
- Lo importante que no está ahí.
- ¿Me estás cargando?
- Perdón, perdón, tenés razón. Andá tranquilo.
(Ya casi atraviesa la puerta)
- Esperá.
- ¿Y ahora?
- No quiero más el helado.
- Bueno, yo tampoco voy a salir.
- ¿Te vas a quedar conmigo?
- No, me cansaste, me voy a dormir.
- ¿Estás nervioso?
- Si.
- ¿Por qué no te vas a dar una vuelta así te despejás?
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