Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
Llega un momento en el que se deben reconocer ciertas cosas. Hoy debo reconocer que de vez en cuando te recuerdo y añoro todo aquello que solíamos hacer juntos. Que siempre pienso en como sería cruzarte por la calle y tener que fingir que no te conozco. ¿Qué irónico no? Que la persona que más creyó conocerte actúe como una completa extraña. Pero la vida es así, irónica hasta la médula. Me embriago cada tanto de nuestros recuerdos y asesino a la constante tentación de olvidarte, que se mimetiza entre acción y acción cual deseo prohibido. Aún sigo con la absurda esperanza de que el conocimiento cicatrice las heridas, siempre busco la excusa perfecta para seguir siendo una ilusa. Creo que nuestra historia gana el Oscar a mejor película, mejor guión y te vas con la estatuilla de mejor actor, porque hasta yo, que fui tu co-protagonista creí fervientemente en la forma astuta en la que me hiciste rendir a tus pies, casi imperceptiblemente, hábilmente, furtivamente. Y cual final de ‘Dulce Noviembre’ no puedo evitar reconocer que lo mejor es que te hayas marchado para siempre y quedarme como ausente olfateando tu prenda de vestir.


(Encontré esto entre algunos borradores viejos… Me hizo acordar a cuando te escribía cada día… y me hizo recordar , también, que en algún momento solías ser importante en mi vida)

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