Hay ciertas cosas que no son extrañas para mi. No me sorprendo si una persona me afirma que se levanta a
las seis de la mañana y desayuna un plato de sopa. Me resulta indiferente si me
dice que le viene bien acurrucarse y no ir a boliches. Los ‘ah!’ se ausentan
cuando afirman que les da placer saber de todo un poco y que quieren hacer de
sus vidas lo que cualquier otro jamás haría. Si odian Showmatch y todo lo que
viene a colación, no me extraña. Si comen a las veinte en punto en lugar de a
las veintidós, no es nada raro. Entiendo si prefieren un libro a una fiesta. Y definitivamente
los ojos no se me abren como platos si deciden tener su dinero donde es
visible, en su ropa y zapatos. Y todo esto es así porque de estas
particularidades, yo formé hábitos…
Una vez más ella rompe el esquema, camina tan bonita y mueve su belleza.
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