Bajo la vista - seguís ahí - en el infierno de posibilidades inexistentes.
Subo la vista - seguís ahí - en todo mi cielo, en lo más recóndito de lo inalcanzable.
Miro hacia atrás – seguís ahí – escondido entre una maraña de recuerdos.
Miro hacia delante – lloro – ya no seguís ahí.
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