Te regalo mi cintura,
y mis labios para cuando quieras besar. Te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos
desteñidos, el diario en el que escribo, te doy hasta mis suspiros, pero no te vayas mas. Porque
eres tú mi sol; la fe con que vivo; la potencia de mi voz; los pies con que camino...
Eres tú, amor, mis ganas de reir, EL ADIÓS QUE NO SABRÉ DECIR, porque nunca podré vivir sin ti.
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